Masculinidad, Racializacion, Cuircidad

[ksgarcia@haverford.edu]

Racialización y Cuircidad

Al principio me confundió la idea de la masculinidad como vergüenza, porque siempre he asociado la vergüenza con la socialización femenina. La proximidad de la palabra vergüenza a embarazada (por medio de la palabra en inglés “embarrassed”) lo lleva un paso más allá, con la vergüenza de haber sido penetrada por un hombre. Pero adoptando la vergüenza del hombre, y la vergüenza del falo que discute Ávila sobre el cuento de Marqués, asume entonces que es el pene que carga la vergüenza, y se la inserta a la mujer. De la misma manera, esta masculinidad se ha insertado en comunidades negras.
En el cuento ¡Jum! de Luis Rafael Sanchez, el simple acto de ser un hombre negro immediatemente deniega la cuircidad. Ser cuir desde la perspectiva Caribeña se ha entendido como lo más prominente en las redes sociales y las películas: la comunidad blanca y cuir. ¡Que los negros son muy machos! ¡Que el hijo de Trinidad es reblanquiao! le gritan al protagonista, un hombre homosexual que se maquilla y se viste con trajes, cuando camina por la calle. El cuento acaba con su asesinato por parte de la masculinidad y heterosexualidad tóxica de su comunidad.
La racialización se puede ver casi como una performance; la sociedad espera un cierto comportamiento de acuerdo con las racionalizaciones, al igual que con los géneros. Los hombres blancos tambien tienen la experiencia de masculinidad toxica, pero no como los hombres negros que han tenido que luchar contra el poder y la superioridad de los hombres blancos. Incluso las mujeres negras se ven por la sociedad como más bruscas y violentas que las mujeres blancas. Este problema de racialización también es uno de masculinización; las personas negras han sido obligades a ser más fuertes que el resto de la sociedad, y por lo tanto se ven masculinizadas, con la fuerza siendo una característica “masculina”, y la fragilidad siendo una característica “femenina” (y especialmente atribuida a personas blancas). La fragilidad blanca se muestra en oposición a la fuerza negra, poniendo la perspectiva de la fuerza negra como amenazante. Es una paradoja bien interesante, ya que las personas blancas son las que han constantemente amenazado vidas negras durante la historia, pero con su “poder” y privilegio siendo amenazado (un privilegio que no deben tener en el primer lugar) inmediatamente lo sienten como una amenaza personal. Aunque es una perspectiva que impuso la sociedad blanca, las comunidades negras y de color han asumido esta masculinización. A su propio deterioro, se han creado como espacios no seguros para las personas cuir negras y de color. Aun con esto, queda un punto de esperanza en las comunidades cuir negras y de color que se han ido creando. Yo he tenido el privilegio de formar parte de algunos de estos espacios y no hay otra manera que describirlos más que mágicos y hermosos. Son una manera de no solamente subyugar la sociedad heteronormativa en la que estamos, pero también para devolver el poder a las comunidades negras y de color por medio de la desapropiación de la masculinidad impuesta.

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