Home Forums Semana 9: Lesbianas boricuas en Philly La religión y la exclusión en “Dios se muda”

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    Luz María Umpierre, en su colección de poemas Una Puertorriqueña en Penna, describe sus sentimientos de desconexión y de aislamiento cuando vive en Filadelfia, así como las relaciones que estos sentimientos tienen con sus identidades puertorriqueña y lesbiana. Aunque escribe en español, cita varios lugares, nombres y referencias culturales del idioma inglés a través de sus poemas para evocar lingüísticamente la yuxtaposición brusca que siente en su vida cotidiana. Además de sus conflictos de identidad causados por su mudanza a Pensilvania, la religión católica la aísla de sus comunidades; como puertorriqueña, creció en una tradición católica y aprendió la importancia de la comunidad religiosa, pero esta misma comunidad condena a las lesbianas.

    El poema “Dios se muda” evoca una figura de Dios que encarna esta contradicción de identidad que siente Umpierre. La primera estrofa define a un Dios por exclusión: “Dios se muda de su apartamento en North Filadelfia/ porque ya no aguanta el ruido, las ratas, el cucaracheo,/ las paredes sucias, el aire asfixiante, la falta de steam-heat/ y toda la basura” (Umpierre). Este Dios no pertenece a la comunidad de North Filadelfia, caracterizada por una clase socioeconómica baja, con la cual se identifica Umpierre. Este Dios se larga y se excluye no solo de las comunidades pobres, sino también de las comunidades latinas: “no quiere comer más pasteles,/ ni gandules verdes,/ ni biftec con adobo/ ni arroces con pollo./ El Señor tiene ganas de unos panqueques,/ de lox con varios bagels,/ un steak bien jugosos y waffles siroposos” (Umpierre). Este Dios rechaza las comidas latinas a favor de comidas estadounidenses y asociadas con los blancos. Incluso a un nivel lingüístico, porque Umpierre escribe en español, las comidas blancas – como los “bagels” y los “waffles” – son visiblemente diferentes del resto del poema. A través de su poema escrito en español, a pesar de su vida anglófona en Filadelfia y en Bryn Mawr College, revierte su sentimiento de aislamiento y exclusión. En su vida cotidiana, su identidad latina sobresale y parece rara ante los ojos de los filadelfios blancos – a través de las varias maneras lingüísticas en que esta identidad se hace visible – pero en su poema, es la cultura blanca la que parece rara.

    Además de esta inversión de lo que se considera “raro,” Umpierre declara la afinidad de Dios con la cultura blanca como un alejamiento de su identidad personal. Viniendo de Puerto Rico, un contexto donde un catolicismo latino prevalece, a este Dios filadelfiano le encanta una cultura que ella considera rara. Para Umpierre, su conceptualización de Dios se cambia porque ella se muda. Dios no es más un sostenedor de su cultura latina, pero representa un rechazo de esta cultura por una cultura blanca, estadounidense y colonialista; Umpierre refleja este cambio de su relación con Dios geográficamente, declarando que “Dios se muda.” En vez de sentir una conexión, como la tradición católica que existe en Puerto Rico así como en Filadelfia, después de mudarse y de entrar en una cultura que no conoce bien, Umpierre encuentra que su relación con sus identidades cambia mientras su posición geográfica cambia.

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