El Proyecto Multiculturalista

[vzavalaarb@haverford.edu]

Quiero hablar de “la institucionalización de un discurso estatal multiculturalista que promueve políticas antidiscriminatorias y de tolerancia, sin cuestionar sus bases epistemológicas heterosexistas” (64) de “Diga “queer” con la lengua afuera: Sobre las confusiones del debate latinoamericano” escrito por Felipe Rivas. En estas frases, Rivas está hablando de cómo el uso de “lo queer” en Latinoamérica es una posición política. Lo que me interesa más es cómo hace nota del “discurso estatal multiculturalista” a causa de la subida de tolerancia queer sin mucho cambio institucional.

El estado multiculturalista es a menudo armado contra grupos marginalizados. Esto es evidente si vemos los estados colonialistas y cómo interactúan con los indígenas. Por ejemplo, el gobierno de Australia ha tenido una relación turbulenta con los aborígenes sobre la tierra. La antropóloga Elizabeth Povinelli escribió sobre esto en su artículo “The State of Shame: Australian Multiculturalism and the Crisis of Indigenous Citizenship”. Ella describe no sólo cómo el gobierno de Australia controla la indigenidad de los aborígenes atribuyendo subvenciones de tierra solo si estaban “practicando” su “cultura”, pero también usando y armando las emociones para promover el proyecto liberal multiculturalista.
El discurso del multiculturalismo dice que todos las culturas/gente que existen en el mundo son iguales pero diferentes, y es necesario respetar las diferencias. Pero esto crea una situación donde no es necesario entender al “otro” porque al final del día, va ser diferente de usted. En el caso de Australia, vemos que el gobierno ya tiene un concepto de quiénes son los aborígenes y qué hacen los aborígenes, hasta el punto de llegar a usar este poder que tienen sobre la tierra para decir que los aborígenes necesitan actuar de tal manera para recibir la tierra que es de ellos. Además, este proyecto multiculturalista no sólo conserva esta idea que todes son diferentes y así es, pero en la idea de que todes son iguales, esto dehistoriza el colonialismo, la existencia de países, y las diferencias de poder entre grupos de gente y los estados que controlan. En el caso del gobierno australiano, durante estas luchas por la tierra, estaba disculpándose y expresando vergüenza por su pasado violento con los aborígenes y al mismo tiempo definiendo qué es la indigenidad para recibir su tierra. Sus disculpas sobre el pasado violento de Australia actualmente indica que no es un pasado violento, pero un presente de violencia todavía en desarrollo, sólo con palabrería.

Entonces, relacionado a “lo queer” en Latinoamérica, vemos este proyecto multiculturalista liberal empezar a definir qué es “lo queer” en el “mercado gay” (64) mientras las ideas de diferencia respetada ganan movimiento. Cómo dice Rivas, el resultado es un aumento de normas de tolerancia sin cambiar ni cuestionar la base arraigada en la heterosexualidad, la blancura, la riqueza y el resto de las identidades dominantes que tienen poder. Sin cuestionar estas bases, las instituciones nunca van a hacer suficiente para personas con identidades marginalizadas, y todas las palabras sobre tolerancia van a quedar vacías.

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