Antes de leer los cuentos de Virgilio Piñera, yo leí su biografía y ahí me enteré de que era un autor Cubano que escribía literatura absurda. Entonces cuando leí los cuentos, no me sorprendí al leer sobre un hombre quitándose las nalgas. Algo que no supe hasta la discusión que tuvimos en clase era que Virgilio Piñera era homosexual. Esto cambió la manera en la cual yo entendí la lectura porque ahora estaba leyendo contenido queer. No pienso que solamente porque el autor sea queer el contenido es queer, pero pienso que en el caso de Virgilio Piñera es cierto por los códigos que encontré cuando use la metodología queer para releer los cuentos.

Cuando hacemos una lectura queer, buscamos partes del texto que pueden tener doble sentidos o/y el simbolismo del cuerpo. La literatura de Piñera habla sobre tensiones sexuales usando códigos y se enfoca en la materialidad del cuerpo. En La Cara, el protagonista que es el narrador, recibe una llamada de un desconocido que le cuenta que su cara tiene un poder de seducción muy fuerte y por eso ya no muestra su cara. La única manera de relacionarse con otras personas es por el teléfono. Nosotros asociamos la cara como una forma de identificar a una persona, pero la identidad no se encuentra en la cara. El cuento muestra que puedes conocer a alguien sin saber como se ve, lo que importa va más profundo que la apariencia. Pero el hecho de que no quiera mostrar su cara también se puede significar que no quiere ser visto. Esto me trae al tema del salir del closet. El “coming out” puede ser liberador y una afirmación de la identidad, pero no es necesario porque ser queer no depende de si la gente lo sabe o no. El uso de la retórica de ”salir del closet” refuerza la opinión de que la heterosexualidad es la norma porque anuncia que la homosexualidad tiene que ser proclamada, mientras la heterosexualidad es algo esperado y normal. Este cuento es un ejemplo de que el silencio no necesariamente indica sufrimiento. El deseo del narrador de verle la cara al hombre es tan intenso, que se saca los ojos para restringirse. El narrador no necesitaba ver al hombre con sus ojos, porque ya era visible en su alma. El hecho de que el hombre sin cara pudo construir esta relación con el narrador sin tener que mostrar su rostro implica que no necesitas salir del closet para tener una vida completa. De este modo, la cara no es un marcador de identidad del individuo así como la sexualidad no define quién eres.

Otro elemento del cuento que lo hace una lectura queer es la relación que existe entre el narrador y el hombre sin cara. Al principio uno puede pensar que solamente es una amistad entre dos personas pero después de hacer una lectura queer uno entiende que existe una atracción y un amor apasionado entre los personajes. Un ejemplo de esto es cuando el narrador dice, “le hice saber que me había saltado los ojos para que su cara no separase nuestras almas, y añade que como ya las tinieblas eran superfluas, bien podrían encenderse las luces” (62). Claramente, existe un amor prohibido entre los personajes que tiene que existir en la oscuridad pero esto no le quita la validez a la relación. Es un amor real que los personajes disfrutan en silencio porque de esta manera se desasocian de las expectativas de la sociedad. Además, no es necesario tener una pareja para afirmar tu sexualidad porque también se puede construir en la soledad. La sexualidad es el medio por el cual las personas buscan ser conscientes de sí mismas. Aunque la soledad puede parecer temible, permite que el individuo sea uno entre muchos mientras que al mismo tiempo tenga una vida interior que no depende de los demás.

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