Home Forums Semana 3: ¿Qué es una lectura cuir? Metodologías La represión homosexual en la escritura de Virgilio Piñera

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    Virgilio Piñera es un autor Cubano que se distinguió por vivir su vida “fuera del clóset”, mientras su escritura se queda dentro. Es decir, mientras Piñera declara que autores como Ballagas basaban sus obras en la homosexualidad, el mismo basaba sus obras en el dolor, en lo carnal, en el absurdismo. ¿Se le puede dar una lectura cuir a su literatura a pesar de esto? Aunque yo creo que si, no creo que su homosexualidad deba ser el factor que distingue su escritura, y él se aseguró de que no lo fuera. Sus obras están fuertemente codificadas no solo por esta razón, sino también por su represión propia.
    La cara es una historia que leo con una trama cuir entre un novelista y un hombre con una cara demasiado seductora y aterradora. Aunque el comentario del novelista, quien es el narrador diegético del cuento, “como, por otra parte, no es usted mujer (ya sabes que las mujeres gustan de ser enamoradas por teléfono), creo que vamos a bostezar de aburrimiento a los cinco minutos” (página 58), da a pensar que no habrá posibilidad de una relación cuir entre los dos personajes, después de leer el cuento me di cuenta que con esto Piñera está contextualizando la historia dentro de una sociedad heteronormativa. Ese comentario es simplemente un reflejo de los comentarios de la sociedad, y al parecer no es una ideología que el novelista tiene muy fuertemente asumida. Digo esto porque, fácilmente, sin mucho conflicto interior, el novelista forma una relación con el seductor que sobrepasa la amistad platónica. Llega a un punto donde el género del seductor no es un factor en la relación, es simplemente él como persona y alma, y el novelista no quiere más que conocerlo y estar cerca de él. El no poder ver su cara le da curiosidad y leña al novelista para explorar más allá de la superficie del seductor, lo cual quizás no había tenido la oportunidad de hacer con otros hombres. Se puede decir que se enamoró por el teléfono, lo cual no hubiese sucedido fuera de esta situación. Para añadir a la lectura cuir de La cara, el seductor habla de sus pasadas experiencias sin revelar el género de las personas que se han enamorado de él. Él no demuestra ninguna preferencia sexual, y parece que la seducción de su cara no discrimina en base de género. Cualquier persona se puede enamorar de y perderse en su cara seductora, al punto de la muerte.
    Parte de lo que mantiene la escritura de Piñera dentro del clóset es la habilidad de formar una realidad ficticia que hipnotiza y atrapa al lector, al punto de disuadir la autorreflexión. ¿Será una manera para él evitar y escapar de su propio “queerness”? Podría ser una demonstración de su propia inhabilidad de mirarse a él mismo como un hombre homosexual. Lo podemos ver en su historial de relaciones, en su represión romántica (es descrito como “antirromántico” en la página 106 de Arenas por su amigo Reinaldo Arenas) y su trato de relaciones como transacciones sexuales. Aunque tuvo una relación más significativa con el escritor polaco Witold Gombrowicz, sus otras relaciones fueron reducidas a comprar los servicios de sus amantes. Hasta en “La cara”, que detalla una relación homosexual que se forma, hay un elemento de prohibición, de no ser una relación “normal”. Jose Quiroga escribe que las historias de Piñera tienen “convoluted plots where there is sometimes no climax (therefore no exit), but a constant seesawing motion” (página 111); pensando en su cuento “La carne”, se siente como si Piñera te está constantemente sorprendiendo con el desarrollo de la trama, sin ninguna dirección discernible, como pasando la cámara de la historia de un personaje a otro sin dar mucho tiempo para pensar o reflexionar. En vez de una falta de clímax, en realidad se siente como un clímax constante, donde siempre hay falta de aire y no llega suficiente oxígeno al cerebro como para analizar lo que está pasando, ni formar pensamientos sobre ello. A esto se refiere Quiroga con la descripción de sus tramas como “elaborate masturbatory foils” (página 108). Quizás esta fue la experiencia de Piñera al ser cuir en un mundo que era lo contrario. Aunque “La carne” no tiene una lectura explícitamente cuir, al Piñera ser homosexual, su experiencia con su identidad inevitablemente se traslada a su escritura, dejándonos sentir su confusión y su falta de oxígeno en un mundo que lo estaba persiguiendo.

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